La empresa solicitó a todos los usuarios del Galaxy Note7, original o de reemplazo, apagar por completo su dispositivo y no utilizar el equipo modelo No. SM-N930F. La “phablet” en su diseño original y en el diseño reemplazable tuvieron problemas similares por lo que se ha decidido la suspensión de la producción del aparato.
Sugiriendo acudir a algún centro autorizado a cambiar su teléfono por cualquier dispositivo móvil de la misma marca y aclarando que la diferencia entre el precio pagado por el Galaxy Note7 y el precio del equipo de cambio, les será reembolsado y promete beneficios adicionales.
La crisis que provocó las fallas de la batería del teléfono inteligente obliga a la empresa surcoreana a reducir la previsión de beneficio operativo para el tercer semestre del año en 4,600 millones de dólares.
El cálculo de sus ingresos por venta estaba estimado en 44 mil millones de dólares, pero las cifras tras el anuncio de la retirada del mercado del Note7 reduce dicha cifra a 42 mil millones de dólares.