Amazon es una empresa estadounidense de comercio electrónico, dedicada a la venta de productos por Internet. Comenzó con la venta de libros y hoy se ha convertido en una de las empresas más grandes de Internet con toda clase de productos en sus listas.
Su fundador, Jeff Bezos, ha anunciado que su empresa está probando drones que podrían entregar los pedidos en destino en media hora. Estos drones podrían transportar paquetes de hasta 2,5 kilogramos, por lo que cubrirán el 86% de los pedidos que se realizan en esta empresa..
«Funcionará y lo pondremos en práctica», afirmó Bezos, que asegura que podrían empezar a surcar los cielos en cuatro o cinco años.
Dejando a un lado los asuntos técnicos, logísticos y de seguridad, este nuevo método debe contar con el visto bueno de las autoridades estadounidenses de aviación para ser legal. Sin embargo, ya hay voces que señalan que es poco probable que aprueben su uso para entregar paquetes a kilómetros de distancia donde el piloto no puede ver el vehículo. Sin embargo, no es más que un obstáculo legal, y no técnico, con lo que es posible que se trate únicamente de una cuestión de tiempo.
Este proyecto ayudaría a que la gente dejara de ver los drones como un objeto de guerra y empezará a tener en cuenta las posibilidades que tiene y de qué manera puede ayudarnos. Hoy en día solo las agencias gubernamentales, algunas universidades y unas pocas empresas privadas han conseguido los permisos necesarios para utilizar drones.
De hecho, ya son utilizados en algunos campos. Por ejemplo, la NASA los utiliza para estudiar huracanes sin poner en riesgo vidas humanas.
Del mismo modo, pueden tomar miles de imágenes para crear después mapas en 3D o ser utilizados para proteger la vida salvaje. Por ejemplo, World Wide Fund, con la financiación de Google, quiere poner en funcionamiento drones para perseguir la caza furtiva en África, donde hay varias especies en peligro de extinción debido al comercio de marfil.
Por otra parte, se están desarrollando proyectos similares en el ámbito de la agricultura, donde los drones permitirían obtener imágenes e información en tiempo real sobre las necesidades de cultivos y mejorar así la producción.
Más sorprendente todavía resulta su uso en operaciones de rescate. En mayo de 2013, en Canadá, una persona que había sufrido un accidente fue la primera en ser rescatada gracias a la intervención de un vehículo aéreo no tripulado. Cuando la búsqueda terrestre y por helicóptero no dio sus frutos, un dron con equipo de detección de calor la encontró antes de que fuera demasiado tarde, pues las consecuencias podrían haber sido fatales tras una noche de temperaturas bajo cero.
Aunque suene a ciencia ficción, cada vez está más cerca el día en que vehículos como éstos nos traigan los pedidos, o incluso la cena, a casa. Todo sea por facilitarnos un poco la vida.